Brasil: En un escenario complicado para el oficialismo, los candidatos Rousseff y Serra van a segunda vuelta

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Si bien la candidata del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff,  ganó las elecciones del pasado domingo con un  46,7 por ciento de los votos, estos no fueron suficientes para ganar en primera vuelta, por lo cual tendrá que enfrentarse en segunda ronda a José Serra del Partido de la Social Democracia Brasileña(PSDB) el 31 de octubre.

Con 98.4 por ciento de los votos tabulados Rousseff se posicionó por debajo del mínimo necesario para lograr la mayoría que hubiese impedido una segunda vuelta. El opositor Serra obtuvo el 32,6 por ciento, y la gran sorpresa de los comicios fue la candidata del Partido Verde (PV), Marina Silva, quien logró canalizar al 19,4 por ciento de los votos.

Si bien Silva estuvo por encima de lo que le habían vaticinado las encuestas, no puede decirse lo mismo de Rousseff, apadrinada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, y quien según los últimos sondeos obtendría entre el 50 y el 51 por ciento de los votos válidos, pero que, finalmente, se quedó unos cinco puntos por debajo.

Uno de los factores que pueden explicar lo anterior es que en la recta final de la campaña su candidatura perdió fuerza por las denuncias de corrupción en el Gobierno y por las versiones sobre su apoyo al aborto, poniéndose con esto en contra al gran electorado religioso de este país, que le dio el voto a Marina Silva o José Serra.

En segundo lugar, se apunta a que Rousseff no supo o no pudo capitalizar la enorme popularidad de Lula, quien tiene una aprobación de cerca del 80 por ciento. En este sentido, el analista político brasileño Ricardo Ribeiro, de la consultora MCM, afirma que el voto Lula no fue suficiente, por lo cual el papel de Lula en el segundo turno no será tan importante.  Es sus palabras» todo el mundo ya sabe que Dilma es Lula. Si no fuera por él, Dilma no llegaría ni a ser diputada. Por eso será más complicado, porque ahora todo depende de ella»[i].

Por esta razón, el analista pronostica una segunda vuelta más competitiva porque la tracción de votos del presidente ya no será tan importante. «Ahora depende todo de Rousseff», según apunta.

Si bien Lula parece haber escogido bien a una figura femenina capaz de continuar su legado, parece ser que Dilma no llega a satisfacer completamente las expectativas de las personas. En este mismo sentido, el diario  español «El País» afirma que «Lula eligió a una sucesora improbable, poco conocida, y se lanzó con todas sus fuerzas y su enorme popularidad (80%) en una campaña electoral agitada. La segunda vuelta será, sin duda, decepcionante para el presidente más popular de la historia de Brasil, que creyó poder traspasar directamente ese respaldo personal»[ii]. Lo mismo pasó en el caso de la presidenta chilena Michelle Bachelet quien, pese a haber obtenido cerca de un 84% de aprobación al terminar su administración, no pudo traspasar el éxito conseguido al candidato de su coalición política, Eduardo Frei,quien no pudo ganar en las elecciones al actual mandatario de la nación, Sebastián Piñera.

Por otro lado, además de elegir al presidente, los brasileños votaron para elegir a los gobernadores de los 26 estados y el Distrito Federal, 54 de los 81 senadores y a los 513 miembros de la Cámara de Diputados, así como los diputados de las asambleas legislativas estatales.

Las proyecciones oficiales indican que la coalición oficialista tendrá una cómoda mayoría en ambas cámaras del Congreso, lo que facilitaría la gestión de Rousseff en caso de ganar la segunda vuelta.

Sin embargo, un dato que no es menor es la composición peculiar  de la Cámara de Diputados y del Senado federal de Brasil, ya que desde hace tiempo, el partido que consigue más votos y más escaños no es ni el Partido de los Trabajadores, de Lula, ni el PSDB de Serra, sino el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el cual no suele presentar candidato presidencial sino mas bien opta por aliarse con quien gane las elecciones. En esta ocasión, el PMDB se ha incorporado a la papeleta electoral de Dilma Rousseff con un candidato a vicepresidente, Michel Temer, de 70 años, presidente saliente de la Cámara de Diputados.

Finalmente, todo parece depender del electorado de Silva, quien es evangélica y tiene una postura conservadora en temas sociales como el aborto y la liberación del consumo de drogas, más cercana a lo que piensan los votantes de Serra. Es por eso que se vaticina una fuerte competencia electoral donde cualquiera de las dos puede ganar, sobre todo teniendo en cuenta que los sectores evangélicos brasileños -que congregan a 24 millones de fieles en Brasil- anunciaron que harán campaña en contra de Rousseff debido a su apoyo a despenalizar el aborto.


[i] «Sin Lula, Rousseff no llegaría ni a ser diputada», Infobae, 4 de octubre de 2010.

[ii] «Victoria insuficiente de Rousseff», El País (España), 4 de octubre de 2010.