Bloomberg News
La presidenta brasileña Dilma Rousseff podrÃa obtener una extensión de su vida polÃtica cuando los legisladores se reúnan el martes para analizar un juicio polÃtico a la mandataria. Pero no hay que esperar que sean de mucha ayuda en lo que respecta a la economÃa.
Luego de un receso de seis semanas, buena parte del fervor en torno de la crisis polÃtica se ha desvanecido, y con ello el impulso de destituir a Rousseff. Sin embargo, en momentos en que consumidores y empresas se ven afectados como consecuencia de una creciente recesión, los legisladores dan muestras de escaso interés por los recortes de gastos y aumentos de impuestos que los funcionarios gubernamentales dicen que son necesarios para restablecer la confianza de los inversores, sobre todo en momentos en que se acercan las elecciones municipales de octubre, dijeron lÃderes partidarios y analistas polÃticos en entrevistas.
Los ánimos contra Rousseff aún podrÃan caldearse y afectar sus posibilidades de permanecer en su cargo si crece la discordia en el seno de la coalición gobernante, aumenta el desempleo o se expande la investigación por corrupción que ha conmocionado al Congreso. Pero hasta el polÃtico que más podrÃa beneficiarse de una salida de la mandataria, el vicepresidente Michel Temer, dice que el Congreso ha abandonado la idea de destituir a Rousseff, según el sitio de noticias G1.
“El juicio polÃtico perdió fuerzaâ€, dijo Temer, que dirige el mayor partido aliado de la coalición gobernante cuya crÃtica a la mandataria a principios de diciembre intensificó la crisis polÃtica. “Hace algún tiempo el tema tenÃa más consistencia, pero la perdióâ€, manifestó.
Congreso polarizado
El Congreso estaba polarizado antes de entrar en receso, cuando miembros de la oposición y algunos de la coalición gobernante sostenÃan que debÃa destituirse a Rousseff ante acusaciones de que habÃa manipulado cuentas para minimizar las dimensiones del déficit presupuestario.
Rousseff sostiene que no cometió ningún acto inadecuado, mientras que sus seguidores comparan los intentos de destituirla con un golpe de estado.
Ahora parece prevalecer un ánimo más distendido, y la perspectiva de una destitución de Rousseff ha pasado a ser algo más lejano, dijo Fernando Coelho Filho, lÃder de la cámara baja del Partido Socialista de Brasil, que no integra la oposición ni la alianza gobernante.
Rousseff también aprovechó la ausencia del Congreso en enero para reforzar su legitimidad y reducir las probabilidades de una salida, dijo Gabriel Petrus, un analista polÃtico de la firma consultora Barral M Jorge.
Mencionó la publicitada reunión de la semana pasada de la presidenta con destacados empresarios y dirigentes sindicales que culminó con la decisión del gobierno de liberar miles de millones en crédito para reanimar el crecimiento.
Pero el gobierno también analizó en la reunión otras prioridades que podrÃan tensar su relación con los legisladores, como los planes de reducir los beneficios jubilatorios y reflotar un impuesto a las transacciones financieras, conocido como CPMF.
Las medidas están destinadas a reducir un déficit presupuestario récord y a evitar nuevas rebajas de la calificación crediticia soberana.
Los partidos polÃticos podrÃan mostrarse más dispuestos a negociar propuestas impopulares una vez que quede atrás la presión de las elecciones municipales de octubre, dijo Michael Mohallem, un profesor de derecho de la Fundación Getúlio Vargas, una escuela de negocios y centro de investigaciones de Brasil.
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