Chile: Radiografía al Mercado Laboral: Chile registra tasa de ocupación juvenil más baja en latinoamérica

La investigadora del Programa Económico, Cecilia Cifuentes, analizó la Encuesta Nacional Suplementaria de Ingresos (NESI) cuyos resultados permiten demostrar que , en general se evidencia una mejoría bastante importante en el mercado laboral chileno entre 2010 y 2011.

Con los resultados de la próxima NESI se podrán obtener conclusiones más robustas respecto a los cambios que se observan.

•             Un primer aspecto, relativo al comportamiento de los ingresos ocupacionales es que los aumentos de ingreso total y de ingreso promedio per cápita son en general superiores para la mitad baja de la distribución de ingreso que para la parte alta. Para los cinco primeros deciles el ingreso per cápita aumentó en promedio un 6,7% real en 2011, en comparación con una cifra de 4,8% real para los cinco deciles restantes. De hecho, en el decil superior, el ingreso per capita aumenta sólo un 0,9% real, lo que indica una mejoría en la distribución del ingreso. Al incluir en los datos anteriores las transferencias en educación monetarias y no monetarias, la situación de los deciles inferiores mejora aún más respecto a los superiores. Estas cifras significan una mejoría en la distribución del ingreso no despreciable entre 2010 y 2011.

•             Entre 2010 y 2011 aumentó la importancia de los ingresos de la ocupación, compensado por una caída de los ingresos provenientes del arriendo estimado. Dentro de los ingresos de la ocupación, el aumento se explica por una mayor importancia de los sueldos y salarios, mientras cae la importancia de los ingresos por cuenta propia, y aumenta también la importancia de los ingresos provenientes de otros trabajos. Este patrón de comportamiento es más marcado en los primeros deciles de ingreso que en los superiores.

•             Respecto a las características ocupacionales de los jefes de hogar, en los deciles de bajos de ingresos existe una mayor proporción de jefes de hogar jóvenes, que es muy marcada para las mujeres jefas de hogar en estos segmentos, mientras los promedios de edad de los jefes de hogar en los sectores de ingreso alto son superiores.

•             Existe una fuerte relación entre el nivel de estudios y el decil al que se pertenece, lo que evidencia claramente que el nivel de ingresos depende del nivel educacional. Esta relación es muy importante para el nivel de educación universitaria. Es interesante ver también que la educación secundaria no tiene un gran impacto en el nivel de ingresos, ya que los porcentajes de hogares cuyo jefe llegó a ese nivel de educación son bastante parejos entre los deciles bajos y altos, con la excepción del decil superior. Probablemente la explicación radique en que la calidad de esa educación difiere bastante.

•             Los resultados de esta encuesta confirman la idea de que la pobreza está muy asociada a la falta de trabajo, mostrando que las tasas de desempleo de los jefes de hogar son superiores para los deciles de ingresos bajos, mientras que las tasas de inactividad laboral de estos grupos también son mayores. Si se hace la comparación de estas cifras separando la situación de jefes de hogar masculinos y femeninos, se ve que la situación de las jefas de hogar en los sectores de bajos ingresos es notoriamente peor a la de los hombres, con mayores tasas de desempleo y tasas de participación laboral más bajas.

•             Las cifras no parecen confirmar una relación clara entre empleo cuenta propia y precariedad laboral.  Este punto es relevante, ya que en las discusiones que se hacen mes a mes sobre las cifras laborales se suele considerar el empleo por cuenta propia como precario, cuando esto no es necesariamente así, y probablemente lo sea menos en la medida que se fomente el microemprendimiento. De hecho, en la comparación de la NESI 2011 y 2010 se ve que cae el empleo cuenta propia, caída que es explicada por los deciles bajos de ingreso, mientras en el último decil aumentó un 35%, lo que habla de microemprendimientos más sofisticados. Esta situación es especialmente marcada para las mujeres jefas de hogar.

•             Respecto al empleo asalariado, el número de jefes de hogar que pertenecen a esta categoría se reparte en forma bastante pareja entre los distintos deciles, aunque es de menor importancia en el decil más bajo. En comparación al año 2010, el empleo asalariado tiende a crecer en todos los deciles, pero proporcionalmente más en los más bajos, especialmente en lo que respecta al empleo asalariado en el sector privado. El empleo asalariado en el sector público, en cambio, tiende a caer en los deciles bajos y a subir en los deciles altos. Un aspecto interesante es que los asalariados del sector público pertenecen principalmente a los deciles altos de ingreso, lo que tiende a invalidar la idea de que la política salarial del sector público afecta a sectores de ingresos bajos, porque mayoritariamente no lo son.

•             Los datos muestran también la evidente relación entre el tipo de trabajo que realiza el jefe de hogar y el decil al que pertenece. El 46% de los jefes de hogar del primer decil son trabajadores no calificados y un 18% son operarios y artesanos. En el segundo decil estos porcentajes son de 38% y 22% respectivamente. Esto reitera la importancia de políticas de capacitación laboral bien focalizadas pueden contribuir a aliviar no sólo la pobreza, sino también a mejorar la situación de ingresos de los sectores medios.

•             Los resultados por tamaño de empresa muestran  que en los primeros deciles de ingreso tiene mayor importancia la microempresa, de menos de cinco trabajadores. En el 20% más rico tiene mayor importancia la gran empresa, lo que evidencia que no son las grandes empresas las que se ven más afectadas por la política de salario mínimo, sino las pequeñas empresas.

•             En el análisis del número de ocupados dependientes por tramos de ingreso se puede ver que los trabadores dependientes que ganan el mínimo cayó un 11%, mientras aumenta el número de trabajadores que gana ingresos altos, aunque llama la atención la caída de mujeres que gana sueldos superiores al tope imponible en un 17%, lo que podría ser un efecto de la extensión del post-natal con carácter de irrenunciable, que tiende a castigar en mayor medida la contratación y/o sueldos de mujeres en cargos de alta responsabilidad.

•             Por último, los datos de ingresos promedios de acuerdo a las características ocupacionales muestran resultados de acuerdo a lo esperado; los ingresos aumentan con la edad hasta los 45 años aproximadamente y son notoriamente crecientes con el nivel de estudios, con una brecha de 15 veces entre no tener educación y el nivel de doctorado.

•             En definitiva, esta encuesta evidencia una mejoría importante en la condición ocupacional de los trabajadores chilenos entre 2010 y 2011, la que además parece haber favorecido especialmente a los sectores de bajos ingresos. Se muestra también la gran importancia que tiene la capacitación y la educación, siendo este el camino para lograr mejorías permanentes en la situación socioeconómica de los hogares del país.

 

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Publicado originalmente en La Tercera (Chile), el 3 de junio de 2013