“Te escribo desde El Helicoide, sede principal del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN). Lo que puedas imaginar de este sitio siempre quedará cortoâ€.
Es uno de los primeros párrafos de una carta, escrita el pasado 4 de abril, que ha llegado ahora al dirigente del Partido Popular Pablo Casado.
Quince folios manuscritos firmados por el dirigente de Voluntad Popular Yon Goicoechea, encarcelado desde hace ocho meses en la prisión de El Helicoide. Quince folios en los que describe con detalle cómo es la vida de un hombre preso en esta cárcel del régimen de Nicolás Maduro y que llegan al dirigente popular a través de la esposa de Goicoechea, que ha sido recibida por el polÃtico:
“Querido Pablo:
Espero que este mensaje te encuentre bien y que junto a estas lÃneas recibas el aprecio con el que las escribo. Ojalá puedas tomarte diez minutos para pensar sobre las ideas que explico a continuación, lo cual tendrá un enorme valor para mÃ, en este momento de dificultad. Te escribo desde El Helicoide, sede principal del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN). Lo que puedas imaginar de este sitio siempre quedará cortoâ€, señala Goicoechea.
Continúa intentando describir la “miseria y la maldad†que se respira en esos calabozos, pero, concluye, “es sencillamente indescriptibleâ€. “Desde hace ocho meses duermo en el suelo y comparto un único aseo con cientos de personas. No se me permiten llamadas (oficialmente) y debo presenciar torturas con electricidad y otros mecanismos a razón de dos o tres veces por semanaâ€.
Ya al final de la misiva, de la que Pablo Casado ha hecho públicos tres fragmentos, explica cómo fue su detención – “fui interceptado por cerca de 14 vehÃculos sin ninguna identificación oficial, de los cuales bajaron unos 25-30 policÃas cubiertos portando armas largas (imposible determinar el número con el susto)â€-.  Añade que le cubrieron la cabeza “con una chaqueta†y le ataron los brazos “con cinta plástica, haciendo lo mismo con mi escoltaâ€. “Fui trasladado a la sede del SEBIN y encerrado en una celda de castigo. Si extendÃa los brazos podÃa tocar ambas paredes. Sin ventilación natural, ni aseo, el espacio fue totalmente bloqueado cubriendo la reja de entrada con bolsas negras de basura.
En el suelo habÃa comida con gusanos y ropa con excrementos de algún preso previo. La sensación es lo más parecido a ser enterrado vivo. Permanecà allà por diez dÃas. Las violaciones al debido proceso inició con la detenciónâ€.
Por último, pide ayuda al vicesecretario del PP: “Hoy te pido me ayudes a lograr el apoyo de España, que, desde luego, no es cualquier apoyo. Para mÃ, que ustedes me tiendan la mano es como si mis abuelos lo hicieran desde el cieloâ€.
Y, ya en su despedida, afirma sentirse bien – “estoy sano, hago ejercicios, leo y escribo a diarioâ€- y adelanta que resistirá “todo lo que haga faltaâ€. “No me arrepiento de defender lo que es justo. Mi causa y mi cárcel tienen un sentido. Mi sacrificio y el de tantos otros está contribuyendo a que no haya más venezolanos que nazcan en dictadura. Mi eterno agradecimiento por tu contribución a nuestro futuroâ€.
Venezuela vive desde hace semanas una ola de protestas contra la dictadura de Nicolás Maduro que ya se ha cobrado la vida de más de una veintena de personas. El Gobierno de Mariano Rajoy, si bien pide la liberación de los presos polÃticos, insiste en la necesidad de diálogo y defiende la labor de mediación del expresidente RodrÃguez Zapatero, que no cuenta con las simpatÃas del movimiento opositor y sÃ, sin embargo, con la del régimen de Maduro.
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Publicado originalmente en La Gaceta (España), el 26 de abril de 2017.