Chile: ENCLA 2011: Evidencia Adicional de la Mejoría Laboral

Tema Público LyD N°1095, Libertad y Desarrollo

En días recientes, la Dirección del Trabajo dio a conocer los resultados de la séptima encuesta laboral. La anterior corresponde al año 2008, por lo que la comparación de ambas permite tener un panorama bastante amplio de lo que ha ocurrido en diversos aspectos del mercado del trabajo en Chile. La visión global que entrega esta encuesta es positiva; la situación laboral en el país mejoró de forma significativa en ese período y, en general, se percibe, tanto por parte de empleadores como de trabajadores, un clima laboral favorable, con escasa conflictividad, escenario distinto al que se puede desprender de los discursos de dirigentes de centrales sindicales.

En aspectos metodológicos, esta es la segunda encuesta que se realiza a nivel nacional, cuyo universo o población de estudio es el conjunto de empresas formales con cinco o más trabajadores que opera en el país y cuyo marco normativo, en lo que respecta a las relaciones laborales, es el Código del Trabajo. Tenemos entonces que desde el punto de vista de los trabajadores abarca a la categoría de asalariados con contrato. Se definen cuatro categorías de empresa, de acuerdo al número de trabajadores: micro, pequeña, mediana y gran empresa. Las primeras son las que tienen entre 5 y 9 trabajadores, luego entre 10 y 49, 50 y 199, y finalmente, con más de 200 trabajadores. Esta vez, la muestra para la encuesta abarcó a 3.448 empresas (32% más que en 2008), lo que representa un 4,3% del universo total.

Un primer dato de interés que resulta de esta encuesta es que casi el 84% de las empresas del país son micro o pequeñas empresas, lo que exige mirar con cuidado las regulaciones laborales que son pensadas en general para empresas medianas y grandes. Si estimamos además que sólo están consideradas empresas de más de cinco trabajadores, nos encontramos con que la realidad empresarial de Chile no tiene que ver mucho con el mito de los grandes empresarios con fortunas cuantiosas.

Su objetivo no es medir los niveles de empleo y desempleo que evidencia el mercado laboral, sino que busca proveer información sobre las condiciones de trabajo y caracterizar las relaciones laborales, tomando a la empresa como unidad de análisis, lo que le da un carácter distinto a todo el resto de la información laboral que existe.

Un primer aspecto, que plantea uno de los desafíos principales de las políticas laborales en Chile, es que la gran mayoría de las empresas en Chile sigue estando caracterizada por trabajadores de sexo masculino. La tasa de feminización laboral (empresas donde el empleo femenino representa más de un 50%) se mantiene sin grandes cambios respecto a 2008. Sólo un 24,6% de las empresas está constituida en más de un 50% por mujeres, cifra muy similar a la de 2008, de 23,5%. Como era de esperar, las mayores tasas de feminización se encuentran en la enseñanza (87,5%) y en los servicios sociales y de salud (86,7%).

También se presenta como un desafío importante la participación de jóvenes (entre 18 y 25 años), que incluso cae levemente respecto a 2008. Sólo un 15% de los trabajadores corresponde a ese segmento etario, en comparación con un 15,2% en 2008. Aunque la caída puede explicarse en parte por mayores años de estudio, sigue llamando la atención lo reducido del porcentaje, considerando que son muy pocos los jóvenes del primer quintil de ingresos que siguen estudios superiores. Son las empresas de
menor tamaño las que menos contratan jóvenes, lo que podría ser un indicador de que el nivel del salario mínimo es efectivamente un desincentivo a la contratación de ellos por parte de estas empresas. En este sentido, políticas como el bono al trabajo juvenil son positivas y probablemente requieren mayor difusión.

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