EconomÃa al Instante N° Nº 758, de Libertad y Desarrollo
Históricamente, la economÃa brasileña ha sido una de las más importantes de América, es aproximadamente 10 veces la de Chile y casi de la misma dimensión de la Alianza del PacÃfico. Tiene un gran mercado interno, una creciente clase media y abundancia de recursos naturales y energéticos. Sin embargo, las polÃticas intervencionistas y estatistas implementadas desde el siglo XX hicieron que la economÃa creciera de manera modesta e inestable y se registrara de forma constante, una alta inflación, elevada deuda pública y, doble déficit fiscal y en la cuenta corriente de la balanza de pagos.
A comienzos de la década de los 90 se comenzaron a implementar limitadas polÃticas liberalizadoras de la  economÃa. Aunque el crecimiento económico siguió siendo volátil la situación macroeconómica de Brasil no ha mejorado significativamente en los últimos años. (Ver Cuadro N° 1).
Por otra parte, Brasil ha tenido un moderado avance en cuanto a su competitividad, según el World Economic Forum, superando a Rusia por primera vez en 2009 y acercándose a los otros BRIC: India y China.
Pese a que la estrategia económica de Brasil se ha enfocado principalmente en el desarrollo interno, en las últimas décadas ha experimentado un aumento del comercio exterior. Esto ha beneficiado de gran forma a la industria de la minerÃa, del petróleo y del carbón, además de la industria de la carne y de la soya. A su vez, como una economÃa amplia y semi abierta, Brasil es parte de diversas organizaciones económicas internacionales: Mercosur, G8+5, G20, OMC y el grupo de Cairns.
Según estimaciones del FMI y el Banco Mundial, Brasil será una de las cuatro mayores potencias económicas para 2050, si es que se mantiene una adecuada y sostenida tasa de crecimiento.
En el futuro, Brasil tiene como desafÃo establecer las condiciones y reformas estructurales que favorezcan los equilibrios macroeconómicos y el desarrollo económico, junto con seguir combatiendo la pobreza y la desigualdad, además de mejorar su atrasada infraestructura. En lo inmediato, su desafÃo está en el mundial de fútbol, con efectos polÃticos y sociales no despreciables.
Evolución Económica
Con la crisis económica internacional, el paÃs se vio afectado de forma moderada. En 2009 el PIB decreció 0,3% respecto al crecimiento de 5,2% experimentado durante 2008. La economÃa brasileña se vio tocada, principalmente, a través de una caÃda de la inversión en 6,7 puntos porcentuales, además la inversión cayó desde 20,8 hasta 17,8%. El intercambio comercial también se vio afectado de forma significativa con una caÃda de las exportaciones, desde 198 hasta 153 billones de dólares.
En 2010 la economÃa se recuperó con fuerza, con un crecimiento del producto de 7,5%. La inversión a su vez creció en 21,3% y la demanda interna en 10,2%. Sin embargo esta rápida recuperación de la crisis, no significó que la economÃa brasileña entrase en una dinámica de alto crecimiento económico, sino que por el contrario, desde mediados de 2011 Brasil comenzó a experimentar una profunda desaceleración con un menor crecimiento de la inversión, a causa de un empeoramiento de las condiciones económicas externas y una pérdida de competitividad. A su vez, el consumo dejó de crecer a altas tasas, siendo que ha sido el principal motor del crecimiento de Brasil, en los últimos años.
Para contrarrestar la desaceleración económica, el gobierno desde finales de 2011 ha establecido diversos estÃmulos fiscales, como reducciones de impuestos o exenciones tributarias. Según estimaciones del FMI, estos estÃmulos tendrÃan un costo fiscal de 58,9 billones de reales para 2013 y 66,8 billones para 2014.
Sin embargo, en 2012 la desaceleración continuó y el PIB sólo creció 1%, con una caÃda de la inversión en 4 puntos porcentuales, explicada principalmente en la desaceleración económica de los últimos años y la incertidumbre respecto al futuro de parte de los inversionistas.
Esta desaceleración se ha revertido parcialmente en 2013, con un crecimiento del PIB de 2,3 puntos porcentuales y un aumento de la inversión de 6,2%. En 2014 y 2015 la situación no se augura demasiado positiva, con la expectativa que la economÃa crezca 1,5% y 2,2 %, respectivamente, y la inversión por su parte se estima que aumente en 1,8% y 3%, en ambos años.
El FMI, en su último reporte de Brasil, hace una corrección respecto al crecimiento potencial de la economÃa brasileña, señalando que en el mediano plazo ésta puede crecer como máximo a un 3,5 por ciento, para lo cual requiere aumentar significativamente la inversión (en especial en infraestructura) y la productividad.
Respecto a la balanza comercial, ésta ha sido positiva en los últimos años gracias a un sostenido aumento de las exportaciones de materias primas, principalmente petróleo, minerÃa, carne de vacuno, soya y café. La recuperación de las economÃas desarrolladas será fundamental, para que las exportaciones de Brasil puedan seguir creciendo, aunque las económicas emergentes son un mercado cada vez más atractivo para las exportaciones de alimentos y materias primas, en especial, la economÃa china.
La inflación en los últimos años ha sido más bien alta, ubicándose dentro de los lÃmites del Banco Central de 2,5-6,5 establecidos en 2006. Actualmente, el Banco Central Brasileño ha ajustado de forma continua su tasa Objetivo SELIC llevando a cabo una polÃtica monetaria contractiva y de acuerdo a JP Morgan se espera que a junio de 2015 ésta llegue a 12%, un punto porcentual más que la actual y muy superior a la tasa de abril de 2013, que era de 7,5%.
La deuda pública sigue siendo elevada, alcanzando 66,3% del PIB en 2013, lo que significa una leve caÃda respecto a 2012, donde ésta alcanzó 68,2% en un año bastante negativo para la economÃa. Reducir la deuda pública es un gran desafÃo para el futuro, para darle mayor confianza a la comunidad internacional respecto a la economÃa brasileña.
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