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El alto precio que ha alcanzado el petróleo en el mercado mundial y la bajÃsima popularidad de la administración Fernández han llevado a la Argentina a un nuevo conflicto por las islas Malvinas. Evitar la exploración petrolera inglesa en el archipiélago se ha transformado en un tema central en la polÃtica trasandina desde mediados de mes.
En un momento en que los recursos naturales cobran gran importancia en la región, las expectativas de encontrar unos 60 mil millones de barriles de crudo en el archipiélago tensan las relaciones internacionales, sobre todo ahora que Argentina requiere más de 6 mil millones para pagar la deuda.
Las Malvinas para los argentinos tienen un valor emotivo más que polÃtico, pero, no serÃa la primera vez que las autoridades de este paÃs utilizan al archipiélago para desviar la atención de la crisis interna. Incluso perdieron una guerra por ello.
El problema ahora no es sólo la soberanÃa en el territorio, sino que la riqueza que este podrÃa tener. Apenas Gran Bretaña hizo pública sus intenciones de explorar el archipiélago en busca de crudo generó una dura respuesta por parte de la Presidenta Cristina Fernández, quien a través de un decreto prohibió a todo buque transitar entre los puertos continentales y las Malvinas, a menos que tengan una autorización del Gobierno.
Sin embargo, los ingleses, haciendo caso omiso de la reacción argentina y luego de que la Asamblea Legislativa de las Malvinas defendiera el derecho de explotación de los hidrocarburos de sus aguas, el pasado lunes 22 de febrero, comenzaron sus operaciones de perforación, las primeras de ocho que se realizarán este año.
Ante esto, el gobierno trasandino estudia la opción de demandar a las empresas británicas que realicen trabajos en las islas, ya que las consideran parte de la provincia de Tierra del Fuego.
Fernández ha apelado a todas los recursos posibles para detener a los ingleses. Ya ha pedido a Naciones Unidas que forme una mesa de negociación, y durante su intervención en la Cumbre de América Latina y el Caribe. que se realizó en México, condenó las acciones británicas y buscó apoyo entre las naciones de la región.
En este sentido, el Presidente venezolano Hugo Chávez, ha sido quien ha expresado  la mayor simpatÃa con la «hermana república» como la llama él. Incluso ha pedido a la reina Isabel II que «deje quieta a las Malvinas».
Lo que llama la atención en todo esto, es que tanto Argentina como Venezuela se encuentran sumidas en una profunda crisis interna que afecta a todos los sectores de su sociedad, lo que hace pensar que el conflicto en el archipiélago, más que un interés real en él, busca distraer la atención de los distintos sectores de la ciudadanÃa que comienzan a manifestarse.