Latinoamérica Libre
Con ocasión de la celebración de un foro latinoamericano de reflexión  sobre democracia, libertad y propiedad privada en Venezuela, Mario y  Ãlvaro Vargas Llosa, asà como el excandidato presidencial JoaquÃn LavÃn fueron retenidos al arribo al paÃs. Todos fueron advertidos por las autoridades que por ser extranjeros «no tenÃan derecho a hacer declaraciones polÃticas».
En palabras de Ãlvaro Vargas Llosa «hablar de libertad polÃtica, de libertad económica, se ha vuelto un acto subversivo en Venezuela». Estos hechos nos llevan a cuestionar si existe una democracia real en Venezuela.
Entre las muchas definiciones de democracia que han sido propuestas, es especialmente útil el concepto de democracia, propuesto por Robert Dahl (1998). Este señala que la democracia debe satisfacer seis criterios, que dotan de ciertos estándares que deben darse en los sistemas polÃticos efectivos  y en sus instituciones.
Las instituciones y condiciones para lograr un régimen democrático moderno deben ser: 1) Cargos públicos electos, a través de una participación efectiva; 2) Existencia de elecciones libres, limpias y periódicas; 3) CiudadanÃa inclusiva, que tengan derecho a competir por los cargos públicos; 4) Libertad de expresión; 5) Existencia de fuentes alternativas de información; y, 6) Libertad de asociación y organización, como partidos polÃticos y grupos de intereses.
Los atributos  1 a 3 nos dicen que un aspecto básico de la democracia es que las elecciones son incluyentes, limpias y competitivas. Los atributos  4 a 6 se refieren a derechos polÃticos y libertades civiles que son mÃnimamente necesarias, no sólo durante los comicios sino especialmente entre ellos, para que las elecciones sean limpias y competitivas y la voz de los ciudadanos no sea escuchada sólo para las elecciones. De esta manera, según estos criterios, Venezuela no serÃa una democracia en la actualidad.
Los ciudadanos, en democracia, tienen derecho a expresar lo que piensan, sobre cuestiones polÃticas, que incluyen crÃticas al gobierno, al régimen, es decir, es una capacidad de la sociedad de fiscalizar al estado y al gobierno, sin peligro de sufrir castigos severos. Sin embargo, esto no está ocurriendo en Venezuela, sino que los derechos polÃticos, las libertades civiles y la libertad de prensa se han afectado desde el ascenso al poder de Hugo Chávez en 1999.
Es asà como la organización Freedom House califica, actualmente, a Venezuela como un paÃs semidemocrático.  Desde que asumió el poder en 1999, la evolución democrática se ha visto afectada, de ahà que Venezuela perdió su calificación de paÃs Libre, especialmente por la transgresión de las libertades civiles. Además esta organización ve con inquietud las actuaciones del presidente venezolano, Hugo Chávez, a la hora de intentar expandir sus ideas del «socialismo del siglo XXI» a otros paÃses de la región.
De esta forma, la libertad de prensa es una condición para que el proceso electoral sea democrático y, en particular, para que sea realmente competitivo, y esto no se está dando en este paÃs. Especialmente desde el año 2003, donde Venezuela figura entre «los paÃses sin libertad de prensa» en el informe anual de la organización no gubernamental Freedom House.
En este orden de cosas, cada vez más se dificulta la existencia de fuentes alternativas de información. A pesar que «a principios de la presidencia de Chávez existÃa una casi absoluta mayorÃa de canales privados de televisión hostiles a su gobierno, desde entonces Chávez ha logrado que la balanza se incline a favor» (Human Right Watch, 2008). El Presidente utiliza arbitrariamente los medios de comunicación estatales y se encuentra en continuo conflicto con los medios privados. A través del abuso de la cadena nacional y de su programa de radio y televisión que conduce personalmente, llamado «Aló, Presidente» donde el mandatario cuenta anécdotas personales, designa y remueve funcionarios, anuncia polÃticas de Estado y critica a la oposición.
Es asà como uno de los hechos más controvertidos ocurrió en mayo de  2007, con el cierre arbitrario deRadio Caracas Televisión (RCTV). Este hecho encerraba un objetivo estratégico, porque RCTV era el único canal opositor que transmitÃa con cobertura nacional. Dejando en evidencia las motivaciones polÃticas que se escondÃan tras la apariencia de «fin de la concesión» amparada dentro de la legalidad.
Los dardos oficiales hoy apuntan contra Globovisión, que es el único canal de televisión de oposición en Venezuela en señal abierta. Se le investiga bajo cargos de incitar al «pánico y ansiedad» durante un terremoto menor cuando crÃtico al gobierno por su respuesta lenta.  Siendo éste el último contrapeso a la televisión estatal, que sólo elogia a Chávez a la vez que ataca a la oposición.
Es asà como en Venezuela las instituciones mÃnimas que conlleva la protección de los derechos polÃticos y