EconomÃa
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Cuba se autodefine como una democracia popular de carácter unipartidista, con una economÃa de sistema socialista marxista ortodoxo, de suerte que sus cifras estadÃsticas no son comparables a las de una economÃa de mercado. A modo de referencia, se estima actualmente que su PIB es del orden de US$ 70 mil millones, su población unos 11 millones de habitantes y su PIB per cápita de unos US$ 6.000 a 7.000.
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La economÃa de Cuba enfrenta desde hace varias décadas una situación de déficit comercial de bienes y de fuerte dependencia del exterior. El déficit de la cuenta comercial de balanza de pagos es compensado, supuestamente, por exportación de servicios de turismo, salud y de educación, proporcionados a Venezuela. Las exportaciones representaron en el 2011 sólo un 30,2% del intercambio comercial total; en 2012, en tanto, el paÃs incumplió las exportaciones de bienes proyectadas en un 2,2% y disminuyó las importaciones en un 2,7%. Venezuela, por su parte, se ha convertido en el socio principal del intercambio comercial, en donde el déficit comercial sobrepasa los US$ 3.400 millones para Cuba.
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El anterior déficit, de carácter crónico, ocurre porque Cuba presenta una economÃa vulnerable, marcada por las variaciones del precio internacional y las crisis económicas mundiales. Ello, a pesar de no tener una economÃa de mercado y del embargo comercial, económico y financiero que le ha sido impuesto por Estados Unidos, por más de 50 años, cuyos efectos son negativos para la economÃa cubana.
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En gran medida, Cuba realiza las importaciones con la utilización de financiamientos especiales o de subsidios financieros, debido a la falta de competitividad internacional y de liquidez que limita el sector externo de su economÃa. Los mayores montos de importaciones se traen desde Venezuela y China, paÃses con los cuales Cuba tiene afinidades polÃticas y gran apoyo recÃproco, que han generado importantes vÃnculos comerciales y polÃticos. Estos últimos están marcados por el otorgamiento e incremento sustancial de los créditos y facilidades financieras para cubrir operaciones de corto, mediano y largo plazo, que permiten el desarrollo de amplios programas sociales.
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Por otro lado, el gobierno cubano post Fidel Castro continúa equilibrando la necesidad económica de flexibilizar su ortodoxo e ineficiente sistema económico socialista, con el deseo de un firme control polÃtico interno. El presidente Raúl Castro es consciente de que se debe actualizar el modelo económico para garantizar la supervivencia del socialismo. Por esta razón, se han ampliado las oportunidades de empleo por cuenta propia y se han introducido nuevas reformas marginales de mercado, algunas implementadas inicialmente en la década de 1990, para aumentar la eficiencia de las empresas y aliviar la grave escasez de alimentos, bienes de consumo y vivienda.
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Además, el nivel de vida del cubano promedio se mantiene en un nivel más bajo que antes de la recesión de 1990, causada por la pérdida de la ayuda soviética, de unos US$ 5.000 millones anuales, y las ineficiencias internas operativas y de gestión, que dieron origen al llamado “El PerÃodo Especialâ€, a partir de 1991, hasta comienzos del siglo XXI.
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Desde finales de 2000, Venezuela ha estado proporcionando petróleo en condiciones preferenciales, y actualmente suministra más de 100.000 barriles por dÃa de productos petrolÃferos. Cuba ha estado pagando por el petróleo, en parte, con los servicios de personal cubano en Venezuela, incluyendo a unos 30.000 profesionales de la medicina. Esta alianza estratégica entre ambos paÃses en el sector económico y polÃtico, se ve acompañada de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), organismo que ha promovido un cierto estÃmulo a la economÃa nacional venezolana.