Las últimas cifras dadas a conocer por el Banco Central de Chile (BC) para el Producto Interno Bruto (PIB) y la Demanda Interna, correspondientes al primer trimestre del año que corre, fueron de 4,1% y 6,8%, respectivamente. Estas cifras, junto a otros magros indicadores sectoriales y sumado a la sistemática reducción de las expectativas de los agentes privados y el BC, quien incluso en su último Informe de PolÃtica Monetaria (IPOM) rebajó en medio punto porcentual su proyección para el crecimiento en 2013 de entre 4,5 – 5,5% a 4,0% – 5,0%, tienden a confirmar que la anticipada desaceleración de la economÃa local ya estarÃa en curso. Por lo demás, en los próximos años difÃcilmente se volverÃan a observar cifras tan positivas como las de los últimos tres años posteriores a la crisis de 2009.
Fundar un clima propicio para la inversión es crucial para crecer, crear empleos y aumentar la productividad; elementos clave del exitoso camino que ha llevado a Chile a una posición de liderazgo regional. La contraparte de esta inversión es siempre el ahorro, ya sea nacional o externo. En la actualidad, la segunda de estas fuentes se encuentra en niveles bastante elevados, por lo que la única fuente financiamiento adicional realista es el ahorro nacional, particularmente aquel proveniente de los privados. Lamentablemente, se observa un deterioro por falta de voluntad polÃtica para remover escollos burocráticos, regulatorios y legales, sumado a una potencial alza de carga tributaria sobre las empresas, que conspira contra este tan necesario ahorro.