Últimamente escuchamos hablar bastante de infinitos casos de presos polÃticos, principalmente en Venezuela. No obstante, en una buena parte de América Latina, principalmente en aquellos paÃses aún dominados por el eje del socialismo del siglo XXI, también existen presos polÃticos, y no uno o dos, muchos.
Entre los presos polÃticos de América Latina se encuentran polÃticos de oposición, ciudadanos de a pie, detenidos arbitrariamente, muchos sin pasar por la vÃa de la Justicia, por criticar a los gobernantes (si es que podemos llamarlos gobernantes, mejor vendrÃa decir «autoritarios»), como es el caso de Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Cuba y, por supuesto, Venezuela.
En esta columna quise mencionar los casos más significativos de América Latina. No obstante empezaré por aclarar que no menciono el caso concreto de Milagro Sala en Argentina. Aclararé lo siguiente de una buena vez, porque seguramente algunos sigan confundidos y digan: «Â¿Y por qué Milagro Sala no figura en la lista?» Simple y sencillo: Milagro Sala no es una presa polÃtica. Milagro Sala es poder, dinero, polÃtica, drogas, crÃmenes, impunidad, corrupción, destrozos y muerte. Milagro Sala es una polÃtica presa que, con el amparo del kirchnerismo otrora imperante, construyó en Argentina lo que muchos llaman «un Estado dentro de un Estado» en Jujuy. Esta mujer, la máxima dirigente de Tupac Amaru, utilizaba la intimidación, el miedo y la violencia como herramienta diaria para conseguir lo que deseaba. «Voy a poner una bomba y los voy a hacer volar a la mierda», Milagro Salas a dos policÃas.
Milagro Sala pasó por un proceso judicial, a diferencia de los presos polÃticos de América Latina del populismo del siglo XXI como Venezuela o Cuba, donde los presidentes son dueños de la Justicia. El juez rechazó su liberación tras ser acusada por formar parte de «una asociación ilÃcita cuyo fin es la comisión de delitos, entre ellos, el fraude a la administración». Sala tuvo más de sesenta causas judiciales, se la procesó por ser autora de maniobras dolosas tendientes a defraudar al Estado. Sala tiene 14 causas por daño agravado, evasión fiscal, amenazas de muerte, impedimento para el funcionamiento del transporte público, amenazas contra policÃas y contra el gobernador de Jujuy, y otras tantas. Sala llegó a incendiar la Casa de Gobierno de la provincia.
No obstante, ese no es el asunto que nos ocupa hoy. CapÃtulo aparte. Vamos a tratar el tema de los presos polÃticos en la región latinoamericana, de los presos polÃticos que están tras las rejas simplemente por pedir libertad y democracia para sus pueblos, por participar de protestas pacÃficas levantando las banderas de Venezuela, sin violencia, como es el caso de Leopoldo López, o caminando hacia iglesias vestidas de blanco, con una foto y velas, repitiendo únicamente la palabra «libertad», como es el caso de las Damas de Blanco en Cuba. Veamos a continuación la situación de los presos polÃticos paÃs por paÃs.
Bolivia
Evo Morales se ha encargado de acabar con la democracia en Bolivia, buscando una especie de reinado interminable, haciendo cientos de volteretas para no abandonar el poder. Evo comenzó por destruir la Constitución y, como han hecho todos estos populistas latinoamericanos, ha retocado a su paÃs, liquidó la República de Bolivia y sustituyéndola por el Estado Plurinacional, otra franquicia del castrochavismo.
Asimismo, este personaje ha eliminado a la oposición polÃtica posible, al igual que la libertad de expresión, ha masacrado a su pueblo, ha eliminado el Estado de derecho y utiliza a la Justicia como herramienta para reprimir a quien no comparta su opinión. Pero, además, ejerce una constante persecución contra miles de bolivianos: hoy en Bolivia sà existen presos polÃticos.
Como indicó Carlos Sánchez Berzain, entre los presos polÃticos se encuentran «los generales Roberto Claros, Juan Veliz, Luis Aranda, Gonzalo Rocabado y otros que en 2003 cumplieron sus obligaciones constitucionales, el gobernador de Pando, Leopoldo Fernández, las vÃctimas de la masacre de La Calancha, los cÃvicos acusados en el caso de terrorismo cuyo montaje gubernamental está demostrado, Juan C. Velarde, Hugo Paz, general Gary Prado y decenas más; el ex ministro y senador Guillermo Fortún, que murió preso, los funcionarios de la empresa aérea liquidada por el Gobierno y muchos más acusados de delitos fraguados por el Gobierno para anularlos como lÃderes y/o apropiarse de su patrimonio».
Ecuador
El ya ex mandatario Rafael Correa también dejó sus presos polÃticos. Uno es el caso del ex asambleÃsta Clever Jiménez, polÃtico ecuatoriano sentenciado a 18 meses de prisión por «injurias contra Rafael Correa». Esas injurias eran haber investigado casos de corrupción en los cuales Correa se encontraba implicado. Otros casos son los de Carlos Figueroa y el periodista Fernando Villavicencia por difamación, y otros tantos por terrorismo y demás ocurrencias.
Mientras tanto, corresponde hacer memoria y recordar que fue en 2013 cuando Correa prometió extender una embestida contra los medios y hasta las redes sociales, cuando propuso castigar con prisión las injurias que se cometan en su contra en redes sociales como Twitter y Facebook. Otro dato no menor es que Correa, antes de dejar la presidencia, indultó a tres mil presos vinculados con el narcotráfico: claro, sus amigos y sus socios sà pueden estar en libertad.
Cuba
Cuba es una isla con playas maravillosas a las que miles y miles de ciudadanos del mundo asisten cada mes para visitar sus aguas cristalinas y descansar en los hoteles de lujo que son patrimonio de los hermanos Castro. Lo que los turistas no saben es que hay algo más que las bellas playas, los bellos hoteles all inclusive, los maravillosos desayunos y los alrededores de dichas instalaciones. Hay una Cuba más profunda, hay una Cuba aterradora, una Cuba donde los cubanos no pueden ser dueños de sus casas, no tienen comida y tampoco tienen tiempo para estar en las playas, ya que pasan sus dÃas pensando cómo sobrevivir un dÃa más en la isla castrocomunista. Pero hay algo más, esta isla está repleta, sÃ, repleta de presos polÃticos, que son sometidos a las peores e inimaginables torturas.
Desde las Damas de Blanco hasta cualquier otro cubano que se oponga a lo que dice o dicta la dictadura castrista: los presos polÃticos abundan. Durante el régimen de Fulgencio Batista habÃa unas quince prisiones, ahora hay alrededor de doscientas: cincuenta de ellas de máxima seguridad. La Comisión Cubana sostiene que la población penal es quince veces mayor que en tiempos de Batista: ha pasado de unos cuatro mil presos a entre 60 mil y 70 mil reclusos. La mayorÃa son reos comunes, jóvenes y personas de color que se enfrentan muchas veces a largas condenas en condiciones infrahumanas, degradantes y crueles. A finales de 2016, en las cárceles cubanas aún existen alrededor de un centenar de presos polÃticos.
Venezuela
El régimen venezolano es el que mejor implementa las técnicas de tortura y hostigamiento del castrocomunismo, y la franquicia más perfecta de los hermanos Castro.
Hace poco amanecimos con la maravillosa noticia de que Leopoldo López, el preso y dirigente polÃtico de Voluntad Popular, finalmente está en su hogar con su esposa y sus hijos. Pero debemos recordar que no fue liberado, Leopoldo todavÃa está preso, en su hogar, que no es algo menor después de todo el sufrimiento que padeció en Ramo Verde, pero todavÃa sigue preso; el régimen lo tiene en la mira y con los ojos bien encima.
Es asà que el admirable Leopoldo López se convirtió en el doceavo preso polÃtico en recibir el «beneficio» de la prisión domiciliaria por parte de la dictadura. Sin embargo, el régimen de Nicolás Maduro todavÃa mantiene a centenares de opositores tras las rejas y bajo torturas. En estos tres meses de protestas contra la dictadura chavista, el número de presos polÃticos y detenidos arbitrariamente creció de una manera exponencial.
Según el Foro Penal Venezolano, en Venezuela hay 431 presos polÃticos. Los opositores que siguen privados de su libertad pero están en sus hogares con arresto domiciliario son unos 12: los 419 restantes permanecen en diferentes cárceles del paÃs. Del total, 346 fueron detenidos en las manifestaciones, 3 por el uso de redes sociales, 33 por rebelión militar y otros 49 por su activismo.
La cuestión reside en que estos paÃses que todavÃa forman parte del eje socialista y son las cabezas representantes del populismo latinoamericano que están vigentes, utilizan la Justicia como instrumento de represión y persecución polÃtica. Estos populistas tienen una larga lista de presos polÃticos; en estas naciones, hoy, ser libre, es un crimen.
Corresponde a las democracias del mundo hacer un llamado constante a la liberación de todos estos presos polÃticos que se encuentran encarcelados por regÃmenes que todavÃa se hacen llamar democracias, cuando no son más que atroces dictaduras.
* La autora es asesora en el Senado de la Nación Argentina. Es licenciada en Relaciones Internacionales de la Universidad Abierta Interamericana e investigadora en Fundación Libertad, Argentina.
Publicado originalmente en Infobae, el 20 de julio de 2017