Paara sorpresa de pocos, el FMLN en su Congreso endureció su posición pública, se abrió el kimono y declaró que va por el control total del Estado y el socialismo, a las preguntas el socialismo fue cambiando un poco de siglo XXI a una versión criolla indefinida, a la que burlonamente han llamado de varias formas, como de pupusa con loroco, que podrÃa tildarse de gracioso o ingenioso si no fuera por lo trágico de las implicaciones. Adicionalmente se reservaron todas las posiciones de importancia a los comandantes, cerrojo total, al que le guste, bueno, y al que no, también.
El momento histórico en que decidieron ir con todo no puede ser más desfavorable con el socialismo del Siglo XXI en sus postrimerÃas y con el financista Venezuela quebrado y sus lÃderes o familias siendo perseguidos por narcotráfico por autoridades de EUA. La ayuda a Cuba se redujo a más de la mitad y bajando, los Castro arreglándose con EUA y tratando de sacar hasta el último barril de petróleo de subsidio, pero no cambiará nada, es solo cuestión de poco tiempo.
No está claro cómo y cuánta plata llegó o aún llega a El Salvador por Alba o Petrocaribe y si aún pueden explotar esos y otros nexos de negocios con los militares venezolanos que han andado por aquÃ. Esa posibilidad es la única que hace sentido para declaraciones radicales y anuncio de asalto al poder, si tienen el Estado puede llegar esa plata sin rendición de cuentas y allà nos quedamos pues abre un gran capÃtulo para especulaciones.
ARENA por su lado desconcierta y decepciona. Cuando su rival en el gobierno tiene las peores evaluaciones de gobierno alguno, cuando la economÃa no produce los empleos necesarios y la violencia ahoga a los salvadoreños, esperarÃa un espectador imparcial que aprovechara las debilidades del adversario, se fortaleciera, se abriera a no militantes duros, suavizando su postura a centro derecha aumentando pescando en ese 30 % de no partidarios, trabajar en desarrollar nuevos lÃderes que puedan ilusionar y llevar al paÃs y al partido 20 años más por buen rumbo. Es solamente lógico. Pero en vez de eso nos encontramos con luchas internas de poder que parece obedecen más a egos que a movimientos representativos. ¡Qué desperdicio! Ya habÃa iniciado con buen pie la renovación de diputados, más debido al voto por rostro que a autodepuración. Sin embargo, como era de esperarse, el pensamiento independiente de los jóvenes o recién llegados molesta al statu quo, los propios diputados, o los aspirantes a ser del COENA y a grandes donantes que siempre han tenido una voz muy fuerte en el partido.
ARENA debiera estar trabajando en talleres y encerronas para encontrar el camino que los puede llevar a suficientes situados para defender a la Sala de lo Constitucional en 2018 y a la presidencia en 2019. En reafirmar sus valores, sus principios, su oferta electoral. Lo que el electorado está esperando es una oferta de probidad y anticorrupción, apuntar a que lo social no es patrimonio de la izquierda, que la derecha lo hace mejor en Chile y manejarla economÃa produciendo más de 50 mil empleos por año no con promesas huecas sin fundamento como las del mal recordado Funes, sino con apuestas estratégicas para el crecimiento de pequeñas, medianas y grandes empresas, atracción de inversión extranjera, institucionalidad y Estado de derecho. La lucha contra los rojos y ese ataque tienen desde hace algún tiempo efecto contrario.
Hay personajes que ya debieran hacerse a un lado, como en todos los partidos hay quienes han estado demasiado tiempo en la asamblea o en posiciones de dirección, la renovación es sana, es parte de la naturaleza misma.
¿Un tercer partido con Nayib Bukele? Suena distante, pero en paÃses en que se cansan de lo mismo suceden esos fenómenos, Fujimori como ejemplo.
La renovación como en la naturaleza, es inexorable.
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