Guatemala: Otra Guatemala es Posible

Por:

José Raúl González Merlo

En:

Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN)

País:

Columnas

Fecha:

2 de marzo de 2010

No, este no es el eslogan de los neomarxistas chapines. Es una reflexión respecto de que todos adaptan su comportamiento de acuerdo con el sistema de incentivos en el cual se encuentren. Un vivo ejemplo de lo anterior es la «transformación» que ocurre dentro de las instalaciones del Instituto de Recreación de los Trabajadores (Irtra).

El Irtra no es un centro recreativo. Es un fenómeno social. Dentro de sus instalaciones se vive un ambiente muy similar, pero a la vez radicalmente distinto al que se vive cotidianamente en Guatemala. Por una parte, es un lugar en donde encontraremos una muestra de nuestra sociedad. «Ricos y pobres»; «ladinos e indígenas». Pero, por otra, su comportamiento sorprende. Algo pasa dentro de las instalaciones del Irtra que no ocurre afuera de ellas. Se respira un ambiente de orden, de respeto, de convivencia pacífica. ¿Cómo se puede explicar?

Yo creo que es por el sistema de incentivos. Desde que se ingresa en las instalaciones, uno es enfrentado por una serie de normas que las autoridades están dispuestas a hacer cumplir. Si usted se va a hospedar en uno de los hostales, se le hace entrega de la habitación y nadie más que usted es responsable por devolverla en el mismo estado en que la recibió, previa inspección. Pareciera extraño, pero usted no se puede orinar en cualquier lugar, sino únicamente en los baños so pena de ser expulsado del parque. Y los salvavidas cuentan con un gorgorito que no dudan en utilizar si usted está teniendo un comportamiento incorrecto. Un par de pitazos es suficiente para que, ante la mirada del resto de personas, usted corrija su actuar.

Normas básicas de conducta pacífica. Nada del otro mundo. Pero, sobre todo, una autoridad que tiene el respeto de las personas y que está dispuesta a aplicar la norma y el castigo con certeza, independientemente de quién se trate. Eso es lo que hace al Irtra un verdadero fenómeno social. A sus instalaciones acuden miles de personas todos los días; posiblemente en busca ese ambiente en el que puedan olvidarse de la «otra Guatemala», la de «afuera»; en donde las autoridades de gobierno son las primeras en violar las normas.

Ese «fenómeno social» fue creado gracias al trabajo y visión de Ricardo Castillo. Un gran ciudadano que, quizás sin pretenderlo, nos da, con su creación, la esperanza de que es posible tener una nación en la que exista la convivencia pacífica y la prosperidad que esta trae. Sin embargo, para ello, debemos crear, primero, las instituciones que deriven su autoridad y legitimidad de un comportamiento honorable, ejemplar y justo de sus integrantes.

Si puede, vaya al Irtra y vea con sus propios ojos, que otra Guatemala es posible si nosotros logramos construirla y arrebatársela a los corruptos que nos gobiernan.

* Miembro de la junta directiva del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN)