Argentina: Marcha grande, educación chica

Por:

Ricardo Roa

En:

Clarín

País:

Argentina

Fecha:

26 de marzo de 2017

La cara de la moneda: gran marcha docente, que se hace más grande con el caos de tránsito de cada día. Efecto buscado y conseguido. A la marcha van docentes de las provincias. No todos los que marchan son docentes y no todos los docentes marchan.

La ceca de la misma moneda: el paro es más débil y por eso la marcha del aparato gremial tiene que ser más fuerte. En la misma moneda: la escuela pública en crisis. Este domingo Clarín mostró la diferencia entre dos chicos de primer grado y del mismo barrio. Uno yendo a clases a una privada y otro que perdió la mitad de los días en una pública. El de la privada había empezado tres cuadernos. El de la pública sólo uno.

Algunos maestros dicen que esto no es nada. Un llamado Colectivo de Docentes de esa escuela dijo que los cuadernos no reflejan todo lo que se aprende en la escuela. Es cierto. También dijo que la huelga es una lección para los chicos. Una huelga es una huelga. Si quieren enseñarle algo a los chicos, que sean las materias de grado.

Privados de clases, los chicos más pobres juegan en la calle garantizándose más pobreza. Con clases, los menos pobres y ricos van a la privada, como siempre. La grieta educativa se amplía para ampliar la grieta social.

Macri dice: “Hay una terrible inequidad entre el que puede ir a la escuela privada y el que tiene que caer en la escuela pública”. Los discursos no son el fuerte del ingeniero. Tal vez por eso dice que los discursos pertenecen a la vieja política y que la nueva política se define por el hacer. Materia bien opinable.

Se le cayó la frase a Macri y una legión de bien pensantes progres le cayó encima. Con interpretaciones para todos los gustos. Psicoanalíticas que la asociaron al inconsciente del ingeniero. Ideológicas que la relacionaron con la clase social de la que proviene. Y por supuesto de los activistas kirchneristas que confirmaron en la definición la voluntad de Macri de destruir la escuela pública.

Los responsables de más de una década de privatización de la educación pública con la fuga de alumnos a las escuelas privadas le endilgan a Macri ese objetivo. Los kirchneristas necesitan alimentar un prototipo de Macri a la medida de sus consignas. La mala noticia para esos bien pensantes es que tomada en sentido literal la frase de Macri sintoniza con lo que piensan los miles y miles de padres que han sacado a sus hijos de escuelas públicas.

Es una fuga hormiga que no sólo se verifica en los sectores medios y altos. Todos saben que la mejor educación ya no la proporciona el Estado. No es una cuestión ideológica.

En contraataque a los gremios, el Gobierno difundió los resultados de las Pruebas Aprender. Son de drama: el 70% de los alumnos de 5° y de 6° no sabe resolver cuentas sencillas. Casi la mitad lee y no comprende. Los alumnos ignoran más de lo que saben, leen con dificultad, no saben matemáticas… no saben.

Argumentando que había que disminuir la estigmatización, algunos gobernadores pidieron años atrás que no se informara sobre sus regiones. Basura para debajo de la alfombra.

Los datos confirman la vergüenza de las Pruebas PISA, negadas una y otra vez. Al menos ahora a la vergüenza no se añade la otra, la de la negación o el ocultamiento.

Hay algo perverso en estas huelgas y marchas de todos los años: no resolvieron nada y dejaron todo igual o peor. Cualquiera se da cuenta. Decía Einstein, que de esto sabía, que haciendo las mismas cosas no hay por qué esperar resultados distintos.

 

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Publicado originalmente en Clarín (Argentina), el 23 de marzo de 2017